Comienza la temporada de calçost en Lleida

Esta deliciosa hortaliza roba el protagonismo durante los últimos meses del año en la región. Los calçots son un producto típico de la gastronomía catalana, y su temporada de cosecha y consumo es una celebración en sí misma. En esta ocasión, hablaremos sobre la forma más tradicional de comerlos y cómo este ritual se ha convertido en una tradición arraigada en la cultura catalana.  El calçot, cuyo nombre científico es Allium cepa, es una variedad de cebolla tierna y dulce, característica por su tamaño alargado y su carácter inconfundible. Es cultivado de forma artesanal en la tierra catalana y cuenta con la Denominación de Origen Protegida (DOP) por su sabor y calidad. Los primeros cultivos datan del siglo XIX en la comarca de Valls, Tarragona, y desde entonces su popularidad se ha extendido por toda la región y fuera de ella.  La temporada de calçots se extiende hasta abril, aunque pueden encontrarse en el mercado hasta el mes de mayo. Sin embargo, el momento más esperado por los catalanes es el día de San Vicente, el 22 de enero, fecha en la que se celebra la tradicional “calçotada” o fiesta del calçot. Esta festividad tiene lugar en las masías o antiguas casas rurales catalanas, donde se reúnen familias y amigos para disfrutar de este manjar.  La forma más tradicional de comer los calçots es a la brasa, ya que se considera que es la mejor manera de realzar su sabor y textura. Para ello, se utiliza una parrilla especial llamada “calçotera”, compuesta por dos bandejas superpuestas: la superior con los calçots en su punto y la inferior para recoger la grasa y los jugos resultantes de su cocción. Una vez listos, se presentan en una cubeta de barro acompañados de una salsa romescu, elaborada con tomate, ajo, vinagre, pan y almendras, entre otros ingredientes.  Si quieres disfrutar de los calçots en temporada, desplázate hasta Lleida, uno de los lugares más emblemáticos de Cataluña para tomarlos de la forma más tradicional. Puedes hospedarte en el Hotel Real Lleida, un alojamiento situado en pleno centro comercial y de negocios, junto al conjunto histórico-artístico de la ciudad. Pero si quieres pasar una temporada más larga en la ciudad catalana, los Apartamentos Real Lleida son una magnífica opción por la comodidad en sus instalaciones, localización a escasos metros de la estación de tren Lleida Pirineus y su parking.  Ahora bien, ¿cuál es el ritual que se sigue para disfrutar de los calçots de manera tradicional? Aquí te lo contamos:  1. Comenzamos con una copa de cava, el vino espumoso típico de Cataluña, para abrir el apetito y brindar por la buena compañía.  2. Se colocan los calçots en la parte superior de la “calçotera” y se asan a fuego vivo hasta que se queman por fuera. Luego se les da la vuelta y se hace lo mismo del otro lado.  3. Una vez que están listos, se sacan y se envuelven en papel de periódico para que suden y se sigan cocinando en su propio vapor durante unos minutos. Este es un paso fundamental para que los calçots queden tiernos y sabrosos.  4. Una vez que se han enfriado un poco, se deshojan quitando la parte quemada, y se comen con las manos, sosteniéndolos por la parte verde. Solo se comen las capas interiores tiernas, mientras que el extremo más oscuro suele ser desechado.  5. La salsa romescu es la acompañante perfecta para los calçots. Se sumerge el calçot en ella y se sube por encima de la boca para que la salsa caiga y potencie su sabor.  6. Se repite el proceso hasta que se han comido varios calçots, normalmente entre 20 y 30 por persona, ya que no son muy grandes.  7. Al terminar, se puede disfrutar de una carne a la brasa, como una butifarra o una chuleta, y finalizar la comida con un postre típico catalán.  En definitiva, la temporada de calçots en Cataluña es una época muy esperada por los locales y turistas que visitan la región. La forma más tradicional de comerlos es una experiencia gastronómica única que combina sabor, tradición y convivencia. Si tienes la oportunidad de visitar Lleida durante estos meses, no puedes dejar de probar este manjar típico de la cultura catalana.